Catequesis

Dios nos ama tal y como somos.

Esto que parece algo muy sabido, lo hemos visto hoy con los chicos, que han visto cómo ese Amor con mayúsculas, lo derrama el Señor a raudales en todo momento.

El Señor no deja indiferente a nadie, cuando "seleccionaba" a sus discípulos o cuando enseñaba, lo hacía con autoridad, y aquél que se dejaba inundar de su amor, era capaz de preguntarle: "Señor, ¿dónde vives?". En esto hemos centrado hoy la catequesis, en que cada uno de los chicos y vosotros, sus padres, todos en definitiva, le preguntemos al Señor: ¿Dónde estás? Él siempre nos contestará: "VEN Y LO VERÁS".

Esta es la respuesta del Señor, Ven y lo verás, ven a la Iglesia y lo verás, ven donde están los pobres y lo verás, ven donde los enfermos y lo verás...

Por eso la mejor herencia que se puede dejar a los hijos es la fe, porque cuando tengan un problema, cuando venga el sufrimiento en la vida, cuando no sepan qué rumbo tomar, se acordarán que ha habido uno que ha dado su vida por ellos. Y no sólo en el sufrimiento, también en la alegría, porque por supuesto Jesucristo es la Alegría con mayúsculas.

Hoy hemos visto cómo nos podemos enamorar de Jesucristo y seguirle en todo, a través de su madre la Virgen María. Os recuerdo que hemos entrado en el mes de María y por eso, les hemos pedido a vuestros hijos que traigan flores a María. El próximo día aquellos que no las hayan traído hoy, que no dejen de hacerlo. Igual que ella se desvela por cada uno de nosotros, tengamos ese detalle todos, en el mes dedicado a la madre entre las madres. Hoy, hemos piropeado a la Virgen María, le hemos dicho ¡Guapa! y los chicos han orado en silencio haciéndose un propósito para este mes dedicado a la más bella entre las bellas, a la madre de Dios.